Sí, así como lo lees…
El maní japonés, con su mítico, particular e inigualable sabor, fue hecho en México alrededor de 1945 por el inmigrante asiático Yoshigei Nakatani. Éste, perfeccionó las técnicas para lograr un snack que se volvería, con los años, muy popular por su inigualable mezcla de salado, dulzón y un dejo agridulce exótico; eso sin mencionar una deliciosa textura crocante lo cual lo volvería extremadamente adictivo.
Por ser una modificación del maní tradicional, ésta ostenta los mismos beneficios pero con mejor sabor. Es útil pues contiene grasas «buenas» y mediante un consumo moderado, ayuda a prevenir enfermedades cardíacas, reduce el colesterol y hasta puede contribuir a la pérdida de peso, ya que proporcionan sensación de saciedad, haciendo que la persona coma menos y, sumado a ello, su contenido calórico deja en el cuerpo altas dosis de energía.
Fuente: Venelogía