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Bondades de comer semillas de girasol

Respecto a las propias propiedades de las semillas de girasol, es interesante destacar que se tratan de un alimento sumamente sano y natural, que aporta grasas totalmente libres de colesterol (ácidos grasos insaturados), un buen número de proteínas (29 g.) y un contenido algo menor en hidratos de carbono (8.4 g.).

Por cada 100 gramos de semillas de girasol que ingieres, obtienes 22 mg de vitamina E; 730 mg de potasio; 100 mg de calcio; 395 mg de magnesio; 595 mg de fósforo; 8,5 gramos de hidratos de carbono;  28 gramos de proteínas; 47 gramos de grasas saludables

Además de las propiedades nutricionales presentadas, las semillas de girasol,  ayudan a rebajar los niveles tanto de colesterol alto como a bajar los triglicéridos altos,  son ricas en antioxidantes, por lo que ayudan a prevenir la aparición del cáncer; a la vez que son útiles para luchar contra los efectos más nocivos del envejecimiento. También, contienen una gran cantidad de fibra dietética, por lo que están recomendadas a la hora de mejorar la motilidad intestinal, siendo útiles contra el estreñimiento. Asimismo, aportan saciedad y son muy depurativas, por lo que son ampliamente recomendadas a la hora de adelgazar y de perder peso.

Fuente: Natursan

Descubre los beneficios del Merey

El Merey, es una fruta que nace en el árbol llamado científicamente “anacardium occidentale”. Es conocido popularmente como marañón, cajuil, anacardo, cajú, caguil, castaña de cajú, nuez de la India y merey. Está localizado principalmente en Brasil, Perú, Venezuela y Colombia, pero a causa de la colonización Portuguesa, sus semillas fueron llevadas a la India expandiendo su distribución al sudoeste asiático, África, Inglaterra, Francia y Estados Unidos.

Pero además de exótica, esta fruta es toda una caja de sorpresas pues, según un estudio realizado por la universidad del Zulia en Venezuela y la Universidad de Córdoba en Madrid, el Mery o Caujil, resulta beneficioso para pacientes diabéticos y con síndrome metabólico.

           Expertos en nutrición y dietética de las nombradas universidades, desarrollaron en dos fases un proyecto donde se proponían dejar a la luz los beneficios de la ingesta de la semilla de esta fruta.  En la primera fase, los investigadores explican que a los pacientes se les suministró un plan alimenticio que denominaron, “normal”. De manera que, éstos no bajaran ni aumentaran de peso y con ello, no se modificaran los datos. Además, cuidaron se mantuvieran las variables para ver si la glicemia mejoraba al consumir una porción que aportara 50 gramos de carbohidratos en forma de Merey; Porción que se les daba en las tardes como merienda y se ofrecía una dieta estándar. El resultado del método y la dieta aplicada, impidió que las glicemias e insulina subieran.

Tal estudio se aplicó a 20 pacientes adultos en edades comprendidas entre 40 y 60 años, con reciente diagnóstico de Diabetes Tipo 2  (no más de 2 años). En esa oportunidad se vio una mejoría en los pacientes no significativa de la variabilidad de la glicemia. Por eso se decidió ampliar el estudio a pacientes con Síndrome Metabólico (prediabéticos).

La segunda fase del proyecto, se denominó Efecto del pseudofruto anacardium occidentale (Merey) sobre el perfil oxidativo en pacientes con Síndrome Metabólico. Los investigadores aclararon que los pacientes con Síndrome Metabólico se caracterizan por tener una alteración de la glucosa que va entre 100 y 126, alteración de algún valor del perfil lipidico (colesterol, triglicérido) En este caso se aplicó la misma técnica de evaluación del proyecto anterior durante 3 meses, se les dio a 30 pacientes adultos el Merey por las tardes, durante 6 semanas. Y el resto de las 6 semanas que no recibían cajuil se sustituyó por un yogurt que aportaba la misma cantidad de carbohidratos.

            Los pacientes que asisten al Instituto Zuliano de Diabetes (Inzudiabetes), ubicado en el Hospital General del Sur, se evaluaban semanalmente para medir la evolución dietética con la finalidad de que se mantuviera dentro de los parámetros de la dieta asignada, la mayoría mantuvo su peso, medidas y tensión arterial. Cada semana se les entregaba los alimentos que debían consumir. Según los investigadores, se comprobó que la insulina en ayunas mejoró,  el colesterol total y los triglicéridos se mantuvieron en niveles normales

Fuente: Universidad del Zulia